Un poquito de mi experiencia en España.

Hay muchas noticias en la rede de brasileños que no conseguen ir al territorio español o hasta mismo seguir viaje para otros sítios por la causa del control de inmigración. Porque, según ellos (los españoles), algunos de los brasileños no conseguen comprobar que pueden mantenerse en Europa con su proprio capital y aún hay aquellos que las autoridades prohiben la entrada porque causán desorden en el aeropuerto. Y esas noticias llegan hasta aquí en Brasil y muchos brasileños hacen comentarios cargados de prejuicios, hasta porque existen denuncias de agresiones e malos tratos. Pero, ahora, voy a intentar pasar un poquito de mi experiencia allá (en el aeropuerto) para que los prejuicios de las personas que leen este texto diminuyan por lo menos un poco.

Entonces, debo empezar hablando que los procedimientos para entrar en el territorio español ya comienzan aún en el avión, con el rellenamiento del impreso que las azafatas dan para nosotros. Y después de la salida del avión ya hay un agente de la inmigracón para ver nuestro pasaporte. Pero, como siempre tengo que hacer mis burradas y era mi primera viaje internacional, he salido del avión feliz y sin saber para donde estaba caminando hasta que un de los hombres de la inmigración me preguntó con una buena educación: "Su pasaporte por favor." Y, entonces, me empezé a temblar de nervioso porque no sabía donde estaba mi pasaporte hasta que él me pedió para esperar en un rincón. Después de dos minutos, con un poco más de tranqulidad, yo encontré mi pasaporte y lo mostré para que yo pudiese seguir mi destino.

Siguiendo mi camino, tuve que pasar por el detector de metales y fuera complicado, pero todo solamente por mi culpa. Como todas las personas, tuve que sacar mi ordenador y casi todo de mi mochila, incluso mi cinturón! Y entonces estaba en la fila para pasar por el detector hasta cuando yo estaba pasando el detector hace un sonido grande informando que yo estaba con algo de metal. Pero juraba que no estaba con nada que podría ser de metal y él (el hombre de la inmigración) me pedió para pasar otra vez, pero el detector hizo el mismo sonido. Juro que si yo supiese por lo menos un poquito de francés en esta viaje, yo pensaría o diría: "Je suis très fudidé maintenant!" Yo ya estava mirándole con una cara muy aburrida y, el peor, él estaba haciendo lo mismo conmigo, pero en todo momento siempre com buena educación. Hasta que yo encontro una llave en mi bosillo y la saco para mostrar a él. Entonces yo paso otra vez por el detector y el sonido no acontece más para mi persona seguir tranquilo la viaje.

Por supuesto que las denuncias de agresiones y malos tratos deben ser investigadas vehementemente, pero lo que quiero pasar con mi experiencia es que la Espanha no es solamente eso. Ellos también son buenas personas y saben tratar los turistas que llegan, así como nosotros, y ellos deben ser tratados con respeto igual como queremos que los otros países nos traten.